The rules you break.
Te cuento el menú: hoy tenemos entrantes de Roma maridados con algo de teología para abrir boca; 2 platos estrella de la casa que no puedes perderte; de beber dosis de atención y postre de superhéroes
Volvemos a la carga: esta vez te escribo desde Valencia. La verdad es que no, estoy escribiendo unos días antes porque el 10 me pillará allí, currando. Pero para cuando me leas (o sea “hoy” pero del futuro), te saludo desde Valencia.
Nunca fui de adelantar los deberes, pero te digo que me estoy tomando muy en serio esto de ser puntual… al menos en el envío de esta NL. Y llevo unos días elucubrando, como si de un TFG se tratara, cómo organizar todas las ideas que he previsto contarte.
Sólo un inciso, antes de empezar: mientras escribía el párrafo anterior has sido testigo (sin saberlo) de una idea creativa que diseñaré y publicaré el viernes 9 de junio en mis stories de @saintips, para que puedas verlo el día 10, si te das prisa. Y esta va a ser mi manera de contestar a esa persona que me pidió que hablase este mes de confinza en Dios (🙄 tengo suscriptores muuuy profundos, ya ves). Pues en vez de contestar por escrito, contesto diseñando, que para mí es lo más parecido a hacer una presentación a tu jefe bailando breakdance (no, no bailo breakdance, es sólo una metáfora).
Tenía pendiente hablarte de Roma y, si te parece (y si no, también, qué le vamos a hacer) voy a empezar por ahí.
El mes anterior acababa de volver de allí cuando te mandé el NL, hoy estoy en Valencia, en julio puede que te escriba desde Galicia, en agosto lo haré desde Barcelona, después de haber estado en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, y antes en Algeciras.
Con este itinerario podrías pensar que te has suscrito a una guía de viajes, o que soy una yupi. Ná que ver. Sólo que: el verano ya llegó… y la fiesta comenzó. Me encantan los finales de curso, porque los años de estudiante me dejaron almacenada oxitocina para dar y regalar cuando llega junio. Viviría instalada en el verano.
Bueno, al lío, Roma: te lo resumo en 10 highlights personales, precisamente para que veas que no estamos en una guía de viajes:
Asistí al congreso de comunicación que montó la Universidad de la Santa Croce: “Relevance & Listening. Communicating the Christian Message in the Plurality of Contemporary Voices”. Se habló de identidad, escucha y relevancia… fue tan intenso que alguien con gracia el penúltimo día, en la cena que tuvimos, comentó a uno de los organizadores: “Estoy tan cansado que no sé quién soy. No puedo escuchar ni una charla más y por eso cualquier cosa que digan mañana será irrelevante”. Admite que es bueno 🤣.
Resumiría todo lo que escuché, a grandes rasgos, como la necesidad de reflexionar personalmente en nuestro día a día y ser capaz de leer el contexto: entender el contexto minimiza los malentendidos. Y ¿sabes qué? Existe la inteligencia contextual: conocer la historia, los momentos pasados, el presente, lo que hay ahora mismo, y la intuición del futuro.
Pablo Neruda, da una clave en la comunicación: “que mis palabras digan lo que quiero que digan, y que tú las oigas como quiero que las oigas”. Todo un reto.
Listening is a communicative act. Not listening is also a communicative act. It says a lot.
Ser relevante depende de la forma de mirar primero, y de actuar después. Ponerse las gafas progresivas para ver las necesidades de los demás. Y te dejo un vídeo de Alex Rovira, a quien he descubierto hace muy poco y ni me acuerdo cómo. Pero habla de eso, de que tu mirada puede transformar a las personas. Nuestra mirada condiciona necesariamente la calidad del vínculo con el otro y las posibilidades de realización de toda forma de vida. Ya sabes, cómo Maldita Nerea: tu mirada me hace grande.
Lo mejor del congreso: acabar con Derral Eves, youtuber y co-fundador de The Chosen. Ojalá alguna vez te topes con él, en YouTube puedes hacerlo.
No todo fue el congreso. Vivir 7 días como ciudadana romana hizo que descubriera que soy fan del café solo… italiano. En Madrid ahora ya no pido un café con leche con hielo, he aprendido a decir “un café iced latte, per favore”. Y suena mucho mejor.
Tuve la suerte de reencontrarme con buenas amigas que ahora viven en Roma o que venían de sus distintos países de origen. Fueron días muy internacionales en todos los sentidos. Al final ir a Roma es viajar al corazón de la cristiandad, y eso eleva siempre.
Pude rezar ante mis dos papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, y estar en la audiencia del miércoles de Francisco. Escucharle en directo ya sabes que fue todo un privilegio para mí.
Una locura: 24/7 pizza and pasta, carpaccio, gelatto combinados con + 20k pasos diarios.
Lo que me quedó claro es que la comunicación es una ciencia inexacta: si todo lo haces bien, igual sale algo mal; si haces algo mal, seguro sale mal… pero igual algo sale bien. Saber esto me tranquiliza.
Así empecé mayo, y lo acabé en una presentación de un libro de una amiga mía (sí, ese tipo de amigos tengo). En realidad pertenece a una colección de libros que jamás pensé que leería: manuales divulgativos de teología. WHAT? El gancho fue el nombre de la colección (y el tamaño de los libros, lo reconozco 😏): “BUSCANDO ENTENDER”. Esa es la relación que yo tengo con la teología.
Pero no estoy aquí para hacer promoción de estos manuales, sino que quien presentaba el evento me descubrió de pasada algo que nunca antes había pensado y pude experimentar aquella tarde de finales de mayo: lo contrario de “distraído” no es “estar atento”, sino estar “atraído”. Cuando estás atraído no te despistas. ¿Lo pillas? Busca la atracción.
A estas alturas del NL debes estar pensando que soy medio ermitaña con congresos en Roma y sacando hueco para leer teología. Pero también consumo Netflix, Prime y sus sucedáneos. Y te voy a hacer dos recomendaciones que me han cambiado la vida. Intuyo que si eres como yo, o me tienes cerca, ya lo habrás visto. Pero ojalá tengas la gran suerte de poder verlo por primera vez después de terminar de leer este NL.
La película de “AIR”, dirigida por Ben Affleck y protagonizada por su gran amigo (real) Matt Damon. Si a ese reparto de actores le sumas la historia real de Michael Jordan y sus zapatillas Nike Air Jordan, ambiente y banda sonora de los 80, seguir las corazonadas en un trabajo donde se hace equipo como se puede: pues sale este speech inspirador basado en hechos reales.
En mí, desde luego, con este tipo de películas el marketing consigue hipnotizarme. Puedo mirar si unas Air Jordan de pronto combinan con mi outfit aunque no juegue al basket y durante 38 años de mi vida me hayan parecido espantosas. Dormirme esa misma noche con la playlist de la peli de fondo y colgar esa semana cualquiera de mis stories en instagram con sus canciones más famosas. Pensar que Matt Damon y yo somos almas gemelas porque deberíamos correr, pero los dos sabemos que no. Y que una de las frases míticas de la película dé nombre al post de este mes.
Aquí tienes la playlist de la peli, al mismo nivel de motivación que el speech.
El documental de Ed Sheeran: “La suma de todo”. 4 capítulos de 30 min. aprox. cada uno. Love. Loss. Focus. Release. Así se puede resumir la vida. Reconozco que soy muy fan de conocer el backstage de mis cantantes favoritos. Ed Sheeran sabía que su canción “Perfect” sería nº1 en Navidades, y yo supe la primera vez que escuché “Perfect” que Ed Sheeran era un nº1.
Como dice @holdencenteno “nos han vendido que el 🤬inglés es el idioma universal y eso es mentira. El idioma universal es la música y no el 🤬inglés. Nunca he necesitado saber inglés para emocionarme con una canción. De hecho tengo la ventaja de poder imaginarme lo que creo de lo que habla la canción, aunque no tenga nada que ver, y emocionarme. Luego suelo buscar en Google la letra traducida y siempre coincide que tiene todo más sentido y me gusta más aún”.
Pues eso mismo o algo parecido me pasa. Yo ahora escucho a Ed Sheeran conociendo parte de su historia personal y tiene todo aún más sentido. Tiene más sentido mi vida.
Hablando de música y de @holdencenteno te extraigo aquí una idea que me pareció brutal y que cuenta en su último apunte (no dejes de leerle, ya te lo he dicho en anteriores ediciones):
“Hoy estaba pensando que igual que Spotify te hace un resumen de las canciones y grupos que más has escuchado en el año (wrapped), estaría de locos que tuviéramos una App que nos dijera cuántas veces la hemos cagado durante todo el año y recordarnos cada momento para no olvidar y ponerle remedio, porque el cerebro es así de caprichoso. Se olvida fácilmente de lo malo y a vivir que son dos días. Bien. En caso contrario no sobreviviríamos. Pero me da igual, carguemos un poco con la culpa. Aunque sea sólo un poco y ahora más que nunca esté de moda eliminar cualquier resquicio de culpa.
Necesito que alguien me recuerde que la cago y si tengo que enfrentarme a final de año que en 2023 cometí 1.234 cagadas quiero saberlo, asumirlo y ser mejor, coño. No pido tanto. Simplemente que unos tíos de Silicon Valley monten una startup de cagadas humanas y sean capaces de meternos un chip en la piel para controlarnos. Mientras tanto no me queda otra que ir contando las cagadas en la pared de mi cuarto. Como un preso que cuenta los días en la cárcel de cinco en cinco pero yo las cagadas que voy teniendo y a la quinta tachar las otras cuatro. No para sentir que las he purgado, sino para que queden grabadas en el gotelé de mi casa y recordar que los buenos no somos tan buenos como creemos”. 💥BOOM!
Esto me ha recordado una cosa que leí en el NL de Inspirinas que escribe Gustavo Entrala (no me preguntes cómo llegué hasta él, porque no lo recuerdo). Hablaba de lo bueno de vivir siempre en versión beta:
“”Esto lo mejorará la próxima actualización" puede ser una frase que nos ayude también a tener más paciencia. Con nosotros mismos, con personas a las que queremos y con nuestro equipo de trabajo. No tener demasiada prisa: ya ocurrirá esa mejora, veamos qué pasa en la siguiente actualización. En la persona, según mi experiencia, hay aspectos que mejoran y otros que con el tiempo se deterioran. Algo similar ocurre en tecnología: en las actualizaciones se arreglan unos problemas y surgen otros. En el caso de los seres humanos, el objetivo final no es la perfección, sino el dinamismo que aporta vivir siempre en beta. Otros lo llaman humildad”. Estamos todos en “work in progress”. No lo olvides.
No quiero ni mirar la calculadora de tiempo que llevas leyendo y yo escribiendo. Como siempre, aunque siga leyendo Hábitos Atómicos (sí, sigo 🙄, la perseverancia será coronada, que decía mi amiga Santa Catalina de Siena), hice el propósito de adelantar el trabajo y escribirte antes de irme de viaje, pero ahora ya es día 10 y aquí me tienes rematando el post.
Justo por esto me estoy acordando de que me queda contarte lo del jetlag mental. Resulta que de vez en cuando escucho el podcast de la psiquiatra Marian Rojas (a ver, si mi madre es psicóloga y mi padre médico, entenderás que busque cualquier tipo de terapia gratuita, no? Aunque esta no es “cualquiera”, yo la considero suscripción premium). Y me ha contado esta semana que existe el jetlag mental. Te explico, es como que vivimos desincronizados, hay tanta velocidad en nuestro mundo, que nos cuesta conectar, es como que vamos a otra velocidad. Estamos ante la gran aceleración. Y esto genera que nuestros recursos de atención se van agotando. Y perdemos en profundidad, en favor de la superficialidad. Nos tira lo superficial, lo emotivista, lo simplista. Y polarizamos: es mucho más fácil irse al extremo para sentir, que intentar la cordial empatía para profundizar y entendernos. Si quieres aprender a mantener la calma para profundizar, puedes escucharlo en su Spotify.
Pues ya estaría.
Oye, una cosa, lee esta NL cuando te dé la gana, no cuando te llegue: busca tu momento para leerla, es todo un halago y seguramente tu wow moment del mes. Nunca es demasiado tarde, ni un tren a Pamplona demasiado largo. Algunos me leen el 25 del mes, aunque les llegue el 10.
Como dicen mis amigos de “We are seekers”:
¿CREES QUE LLEGAS TARDE?
A los 23 años, Jeff Bezos trabajaba en un McDonald’s.
A los 23, Jk Rowling estaba arruinada.
A los 24, Stephen King era conserje y vivía en una caravana.
A los 27, Van Gogh empezó con la pintura.
A las 62, el Coronel Sanders, fundó KFC.
No te preocupes, tienes tiempo. Y yo te espero lo que haga falta. También a los que están por llegar.
Fe de erratas: Ni te imaginas la de veces que he pensado durante este mes cuántas reproducciones tuvo Solonely el 10 de mayo del 2023 en Spotify y los días posteriores. Sting, dame las gracias. Debimos posicionarla tanto que ha sonado por casualidad 3 veces durante mi mes de mayo. Por cierto, si no la encontraste es porque se escribe “So lonely” (yo lo he puesto junto toda mi vida por eso de la contraseña, y se me olvidó escribirlo bien 🤭… hard to say I’m sorry).
Ah, por cierto, quiero agradecer públicamente a Batman, Superman, Spiderman y Robin porque gracias a ellos en las stories de @saintips este mes hemos superado los 200 suscriptores en este NL. Para que lo valores, eso es como si en mi colegio leyeran mis chorradas todo 1º y 2º de la ESO, o sea 6 clases (el A, el B y el C de cada curso), cuando las clases eran de 35 personas aproximadamente. ¿Entiendes ahora la magnitud de la que estamos hablando? Vale. Ya puedes irte.
Qué pasadaaaaa!! Gracias!