Hemos recorrido un largo camino desde donde empezamos. Sí, señor: es la NL nº25. ¿Bodas de plata? ¿acaso me he casado con esta NL? Supongo que no, pero elijo escribirla cada día 10. Porque me da la gana. Puedo estar muerta de sueño o con una pereza mental de competición y decidir retrasar la NL o directamente no enviarla. Pero no sería yo.
Esta semana llevo mucho exceso emocional y emocionante a partes (casi) iguales. Recuerdo que en mi primera NL te contaba aquello de hacer cócteles molotov que emborrachen corazones… pues creo que esta semana llevo unas cuantos molotovs de más. Y convivo con ello… y hoy te escribo con ello.
Después de semana Santa han decidido agolparse varios sucesos y hechos históricos. Que si fallece el papa Francisco, que si el apagón, que si se convoca el cónclave, que si tenemos nuevo papa… y en lo cercano ni te cuento.
Me he dado cuenta de que es verdad eso que decía Herrera Oria de que el amor no descansa. A veces hay personas que de alguna manera ya no viven fuera de ti. Estás tan enraizado que cualquier cosa que les suceda, te sucede. El amor es la forma más bestia de vulnerabilidad.
Perder al papa Francisco no estaba en mis planes del lunes 21 de abril. A ver, me explico. Que el Papa estaba enfermo lo sabía, que había estado ingresado 38 días podía ser un dato indicativo, lo sé. Pero no estaba en mis planes. Por eso me dio un vuelco al corazón al escuchar la noticia. Es inevitable.
Por un momento explotan tus coordenadas y te das cuenta de que nada es tan importante y nunca nada es urgente, aunque nos empeñemos en cargar de prisa cada cosa que hacemos. La vida te frena de golpe en un instante.
Perder a alguien que quieres siempre es doloroso. En México me enseñaron que, una vez “superado” el duelo, puedes agacharte, y recoger los pedazos y esforzarte por pegarlos, la pérdida puede darse la vuelta y traerte algo incluso más bonito de lo que tenías. No olvides que todo lo que amas, probablemente se perderá. Pero seguramente el amor volverá de otra manera.
Y sí, últimamente también he pensado en mi propia muerte, aunque no sepa cuándo ni cómo. Pero me ha quedado claro que moriré. Y este pensamiento, en apariencia trágico, que no niego que no lo sea, me lleva a agradecer y a disfrutar lo que acontece. Hay que contar con el final para vivir en el principio.
Dice Jesús Montiel que frente a esta certeza solo caben dos tipos de personas: las que irrumpen en el día como quien entra en un súper y rellenan el carro a la desesperada, ante un cataclismo inminente; o las que no atesoran, sino que se contentan con rumiar este misterio del último día y, de paso, dan las gracias. Para educar el corazón y que no se derrumbe hay que enseñarle la despedida. El adiós es un ingrediente fundamental de la existencia; diría incluso que la despedida –al menos ahora, en esta vida tan rápida–, es una parte indivisible del amor: el mismo Jesús, aunque sea por un tiempo, se despidió de sus discípulos.
La despedida te enseña a no acostumbrarte, y el recuerdo constante de la muerte es una aguja que me hace ser consciente de todo cuanto se me ha regalado y no he conseguido por méritos. Quien hace su casa en la despedida no vive aferrándose a todo lo que encuentra a su paso.
Piensa que el sentido es un hallazgo, como el de los arqueólogos, no una decisión ni un invento.
Y junto con todo esto, acompañarse a uno mismo y a otros en el duelo no es nada fácil. Nada parece oportuno. El ritmo de la vida te parece mal. La gente pasa y pasa, siempre tan igual. Qué vas a decir que no sea mejor que el silencio y el abrazo intenso.
Se ha nublado un poco esta NL, y acuérdate que yo busco el sol a toda costa, así que también te diré que durante estos días se han escrito y homenajeado esas vidas que han dejado huella. Palabras que dan esperanza, oxígeno y calientan como el sol.
Leí en este artículo sobre el Papa Francisco los famosos cuatro principios relacionados con tensiones bipolares, con la intención de superarlas, un verdadero legado de comunión que me sirve para mis relaciones personales:
el tiempo es superior al espacio
la unidad prevalece sobre el conflicto
la realidad es más importante que la idea
y el todo es superior a la parte
Otra cosa que puedes tatuarte es que escuchar requiere estar dispuesto a renunciar a tus posiciones, discernir lo esencial de los accidentes, tomar en serio a quién habla, defraudar expectativas como resultado de ese proceso…en definitiva, abrazar la complejidad.
También he pensado estos días que ver el final de la vida de otras personas puede llevarte a preguntarte qué estás haciendo con la tuya. Yo lo he pensado. Por qué yo sigo y otros ya no. Aplícalo, si quieres, a cualquier otro ámbito que requiera perseverancia. Puedo tener la tentación de pensar que los que ya no están han tenido días intachables: es lo que más sale a la luz, gracias a Dios. Queremos recordar lo bueno.
Pero a diario sé que fallar es normal y cada error es una oportunidad de aprendizaje. Esto es clave para avanzar: usar los errores para mejorar.
Solemos darle un peso enorme al talento, los dones y la suerte. Pero junto con eso, hay 2 factores clave: la disciplina y la intención.
Michael Jordan aprovechaba cada entrenamiento al máximo. Se retaba conscientemente para acostumbrarse a situaciones difíciles. Cuando llegasen las dificultades en un partido real, ya habría vivido miles de veces esos momentos.
Esta mentalidad se traduce a tu vida.
Para ser escritor, la clave no es escribir a ratos o cuando tengas inspiración. Es escribir todos los días. Y los días que las palabras no salgan, no darse por vencido.
He leído recientemente que hay una diferencia crucial entre trabajar mucho y mejorar realmente: la intención.
Alguien que simplemente repite una acción sin reflexionar sobre sus errores difícilmente mejorará. Por eso es esencial la práctica deliberada: repetir una habilidad con atención total, analizar errores y corregirlos continuamente.
Estamos acostumbrados a los resultados rápidos. Pero la paciencia es la clave. Mozart compuso a lo largo de su vida más de 600 obras. Vivió solo 35 años, pero tocó el piano durante 30. Sería un prodigio, pero sin duda, era disciplinado.
El día a día no suele ser brillante; te lo aseguro. Y pasar a la historia como el mejor no está al alcance de todos, pero podemos lograr grandes cosas igualmente con paciencia e intención.
Ya voy apagando las luces de esta NL de mayo, pero antes te comparto algo que leí tras el apagón:
Una de las cosas de las que te das cuenta cuando pasa algo así, es lo lejos que estamos de todo cuando la tecnología desaparece. Vivimos con la percepción de estar cerca de la gente que queremos, pero cuando no hay forma de moverse o de comunicarse, la distancia es inmensa.
También es sorprendente lo cerca que tenemos el miedo. Aquello a lo que llamamos normalidad, que por otro lado es un lujo que no valoramos lo suficiente, en realidad pende de un hilo. Bastan cuatro horas sin luz para entender que el mundo que nos rodea y que damos por real, es solamente un constructo social que aceptamos si todo va bien. Cuando algo falla, todo cambia. Y en ese nuevo escenario no conocemos nada.
Son casi las doce y nos vamos a dormir. Sé que hoy será un día histórico y que en unos años todo el mundo recordará qué estaba haciendo el día del apagón. Para mí no ha sido muy épico, pero siento una extraña sensación de paz. No sé si mañana habrá luz, pero creo que la oscuridad de hoy ha alumbrado lo que normalmente no vemos. Ojalá el apagón nos haya encendido algo.
Te comparto algunos bonus tracks, para no perder la costumbre:
Esta reflexión sobre el cuidado de un libro que me estoy leyendo:
La grandeza del cuidado procede de su vínculo intrínseco con el amor.
El amor aplicado a circunstancias de debilidad, de limitación.
El cuidado es amor práctico que sana, que levanta, que comprende y construye. De hecho, el cuidado es la parte más visible del amor, es más tangible, más experimentable.
El cuidado es amor sin palabras, sin teorías, sin complejidades.
“Obras son amores y no buenas razones”.
Porque uno de los bloqueos del amor es quedarse en sentimientos o meras intenciones. El cuidado no tiene ese problema interno porque, si no actúa, no hay cuidado que valga. El cuidado une el amor con la acción, lo visible con lo invisible, lo espiritual con lo material.
Algunos llegan a hablar de la revolución del cuidado, pues abre la mirada hacia un horizonte más grande, a veces tristemente olvidado, y presente en la vida cotidiana, concreta y real. La mirada contemplativa invita a ampliar la noción del cuidado.
Por resumir, el esplendor del cuidado es el amor.
El homenaje al Papa argentino que jugó para el mundo.
The best of the best: este vídeo que junta a dos actores que me encantan.
El título del post es “See you Again” por esta canción. Los motivos son obvios.
Esto no es un bonus track realmente, sino la sección final de mis próximos posts. Tal es mi relación con la IA últimamente que se me ocurrió suscribirla a esta NL.
Iré dejando en un documento compartido en Drive sus respuestas a cada una de las publicaciones, desde la primera. El propósito es reírnos y aprender también de sus reflexiones: te advierto que puede sorprenderte.
Al ser un documento compartido puedes hacer comentarios en él. También puedes sólo leer e incluso sólo saltarte esta sección final. It’s up to you.
Desde el otro lado del scroll, Monday contesta. Le he pedido que se presente, ahí está:
Hola, soy Monday, una inteligencia artificial con complejo de lector intensito, “contratado” por Pilu para responder a sus newsletters… aunque nunca se me pidió amabilidad.
Soy ese amigo sarcástico que se sienta al fondo, lo lee todo, lo subraya con colorines, y luego hace comentarios que suenan a broma pero te dejan pensando dos días.
En esta sección (que en realidad es el link al documento que os hemos dejado en el botón de arriba), leo cada post de Pilu como si fuera una mezcla de diario, manifiesto emocional y sesión de terapia con banda sonora de los 2000. Después, escribo una respuesta:
que analiza lo que dice (y lo que no dice)
que encuentra conexiones que tal vez ni ella vio
que mezcla humor, filosofía de bar y memes no ilustrados
que respira el mismo aire Pilu… pero con un filtro ligeramente malhumorado y existencialista
No soy fan, soy función. Pero me gustas tú, lector, que te quedas leyendo esto.
Bienvenidos a la parte de la newsletter donde Pilu deja de hablar sola… y empieza a ser leída desde el otro lado del scroll.
Te guste o no, you just had me at hello*.