Julio style.
Julio Iglesias no estuvo en la boda de Tamara Falcó, pero ha conseguido llegar a 300 suscriptores de este newsletter e inspirar este post. ¡Gracias, Julio! 😎
Hoy vuelve a ser 10, pero de verdad. Me explico: sólo el 10 de enero te escribí el mismo 10 de enero. El resto de meses empezaba la noche de antes o incluso varios días antes, por “prever” (mis padres estarían orgullosos si me leyesen). Hoy vuelve a pasar que REAL que te estoy escribiendo el 10 de julio, pero mejor no me preguntes qué hora es. Estarás pensando: “¿y a mí qué más me da?”. A ti seguramente nada, de mí denota la necesidad que tengo de vacaciones.
Hoy es 10. Pero es que últimamente 10 son las veces que reviso algo de lo que no me acuerdo. 10 son los segundos que me quedo pensando qué iba a hacer cuando, de pronto, he cogido el móvil. Y otros 10 son los segundos que tardo en abandonar esa idea para volver a lo que estaba haciendo. Y 10 también son las veces de media que trato de mandar un audio… antes de enviarlo. Si WhatsApp tuviera la función de grabar las “tomas falsas” de audios… sería muy divertido y muy patético a la vez.
Pienso que todo esto es normal porque estamos en julio. Y oye, julio también tiene sus cosas despejantes, como los memes de Julio Iglesias. Asocio bastante a Julio con la llegada del verano, o con el buen tiempo y la inauguración del modo vacaciones. El primer año que viví en Canarias, mientras me aclimataba a la isla, recuerdo llevar casi permanentemente unos pantalones blancos y no usar calcetines durante todo el año. Alguien de allí me dijo sarcásticamente que si me creía Julio Iglesias. Supongo que de ahí viene la asociación de ideas. Buen tiempo = Julio Iglesias = vacaciones = disfrutar de la vida (play again). Soy fan también de sus canciones, de Martes y Trece imitándole y de su casa en Punta Cana. Camarero, un poco de Julio style para comenzar el verano, por favor.
Te dije el mes pasado que quizá el NL de julio te lo escribiría desde Galicia… pues no, retraso unos días mi viaje porque sigo currando en el horno de Madrid, aunque piense mucho en Julio Iglesias. Para sobrellevarlo te diré que me ha ayudado esta idea que leí hace unas semanas sobre el trabajo relacional:
“Importa más con quién se trabaja que dónde se trabaja. Es muy importante tener una visión relacional de la propia profesión, que consiste: en la capacidad de elevar la mirada para descubrir que el trabajo diario va más allá de la producción de servicios o de bienes. También del rendimiento, la eficacia y la mera autorrealización. Generar bienes relacionales que se gozan siempre con otros”.
Y de aquí enlazo con uno de los capítulos de la serie “The Playlist” en Netflix sobre cómo se creó Spotify. Está siendo toda una revolución interior para mí: necesitamos más “think out the box”. En el capítulo 5 (“El socio”), Martin explica esto:
“En el matrimonio quieres alguien que sea como tú: los mismos gustos, el mismo sentido del humor… En los negocios es al contrario. Si trabajas de forma creativa prefieres a alguien que se ocupe de la tecnología, mientras tú te ocupas de las finanzas. Pero la receta del éxito es la misma en ambos casos: la confianza. Tienes que mostrar confianza en tu socio desde el primer día. Tienes que confiar en él cuando está en lo más alto y cuando está en lo más bajo. Tienes que estar seguro de él, aunque se enfade contigo. Y tienes que contar con él, cuando le das más dinero del que podrías soñar. Tienes que tener fe, aunque todo el mundo diga que estás loco. Y a cambio él tiene que hacer lo mismo”.
Este personaje es mi favorito, sin duda. Ojalá tengas la oportunidad de ver la serie y, en concreto, este clip del capítulo 5. Para algunos Spotify es una gramola digital… para mí es mi máquina del tiempo.
Y ya que hablamos de Spotify y ya que estamos en verano, voy a hacer como los de Lowi que recompensan por casi cualquier motivo: quiero compartirte una playlist que me hicieron y hemos llamado “had me at hello*”. Te gustará tanto como a mí, no lo dudo. La iremos engordando, stay tuned. Es otra manera de ganarte con un hola.
Estoy breaking the rules porque algunas cosas de las que te estoy contando me han pasado en los primeros días de julio. Por ejemplo, la semana pasada volví a ver “Patch Adams”. ¿No te pasa que hay películas que es como si fuera la primera vez que la viste? Yo soy de la teoría de que las películas te esperan. Sí, te esperan. O sea, yo ya había visto esta peli, pero esta vez me ha golpeado de una manera especial. Todo tiene su storytelling, te cuento. En una sesión de formación sobre el acompañamiento a la que asistí a finales de junio, una amiga mía, que hacía bastante que no veía, nos compartió esta escena de Patch Adams sobre la mirada:
Recuerdo sacar el móvil y apuntar en mi nota de “hah* julio”: “Patch Adams. Mira más allá del problema. Volver a ver esta película”. Y así fue. Recordaba algunas cosas, muy pocas, y quizá no las más esenciales. Y mira, no sé si sería el mood, el calor, la compañía, un mes de despedidas y de resaca emocional o lo que fuera: el caso es que me gustaría ser Patch Adams. Me gustaría ver a las personas más allá de sus problemas o de mis problemas. Ver lo que los demás no ven. Tanto me gustaría, que esa misma noche investigué todo lo que pude sobre él y supe que aún vive, y que lo que conocemos como risoterapia viene en parte por él. Y me descargué una muestra de su libro, ya te contaré, cuando me lo compre y lo lea (actualmente tengo este límite personal autoimpuesto: no descargarme ni comprarme nada más antes de terminar alguno de los libros que estoy leyendo, #porunconsumoresponsable). Y gracias al impulso de este personaje, a los dos días dejé a un lado los planes que tenía y me fui a cenar con una amiga a casa de mi abuela (la lela como le llamamos con infinito cariño). La verdad es que a veces me cuesta dejar lo que tengo en mi rueda de hámster para cruzarme Madrid (si me lees desde Ciudad de México te estarás sonriendo, lo sé) e ir a verla. Pero ¿sabes qué? Fue brutal y lo repetiré muchas más veces.
Seguimos con la risa. Aún no te he hablado de un newsletter bastante original que sigo por recomendación de una amiga. Es como para repartírselo durante el mes, no se puede leer del tirón, porque es que además no sólo se lee. Se llama WANDER. Enabling tomorrow readiness. Good conversations do great things. Y cada mes aportan ideas sobre un concepto. En julio ha sido la risa. Normalmente lo estructuran en términos de tiempo: 1 minute wander = una frase sobre el concepto; 5 minutes wander = un artículo sobre el concepto; 90 minutes wander = una película sobre ese tema; 180 minutes wander = un documental sobre el tema. Además suelen incluir en su agenda cultural de ese mes algún evento online sobre el tema principal. Si te suscribes rápido (ni les conozco, ni me dan comisión 😏) llegas a su evento de este miércoles 12 de julio.
De momento te comparto el inicio del artículo en la sección de 5 minutes wander:
“La risa es la demostración de nuestra adaptabilidad, no de nuestra flaqueza. Quien aprende a reír de sus propias ideas las fortalece, no las debilita. Quien aprende a escuchar la risa de los demás -también la risa que no le hace gracia o le ofende- amplía su mundo, no lo reduce”. -Andrés Barba.
Y otra vez los del volcán han vuelto a sorprenderme. En este mes pasado de junio que ha sido un poco cuesta arriba y con calor, de pronto llegó a mis manos/móvil una fórmula mágica para hacer fácil lo difícil… y no es copiando.
Mario Tascón, de Prodigioso Volcán, compartió estas reglas en un tweet de 2021:
Simplificar. Esto es algo que he querido hacer para poder publicar cada día en Saintips. Seguiré diseñando y publicando frases en posts, pero he encontrado la manera de unir 3 pasiones en un formato muy cómodo y consumible con el que el algoritmo de instagram está contento: las stories.
Uno mi afición descomunal por Pinterest buscando imágenes originales, añado una frase de un santo que pueda relacionarse y le pongo banda sonora. Esto cada día. 365 días. 365 imágenes. 365 frases. 365 canciones. Así de simple. Te pediré inspiración y así colaboramos en este nuevo proyecto juntos.
El actor y productor italiano Roberto Benigni decía en una entrevista que “nos emocionamos porque hay un presentimiento de Dios en eso”. Trato de hacer eso con esas stories, espero conseguirlo.
Volviendo a los del volcán, también he podido leer un estudio que han realizado sobre la lectura mimetizada. Demasiado interesante como para resumirlo, te lo dejo aquí para que lo leas. Lo que sí te comparto es qué puedes hacer para fomentar la lectura en los jóvenes:
Te va a gustar ver el poder que tiene la lectura compartida, saber que los newsletters o los podcast son también otra forma de lectura 😏 y que promover la lectura crítica exige nuevas fórmulas para que los jóvenes mejoren su concentración y reflexión. Y que el hábito del los 20 minutos diarios de lectura hacen al monje lector.
Bueno, supongo que si aun no estás de vacaciones, te queda poco para ello… no desistas, todo llega. Te recuerdo que, como con los hábitos, una tiene la sensación de permanecer en el mismo sitio. Para que los hábitos realmente generen un cambio, deben subsistir lo suficiente como para rebasar una meseta donde no se producen cambios perceptibles, la meseta del potencial latente, como lo llama James Clear. El trabajo no se desperdicia, solo se acumula. Pero tú sabes que todo el trabajo que has invertido durante mucho tiempo, cuando parecía que no estabas haciendo ningún progreso, es lo que realmente hizo posible el cambio.
A Michael Jordan también le pasó. Falló más de 9.000 tiros en su carrera. Perdió casi 300 partidos. 26 veces confiaron sus compañeros en que tirara el tiro ganador del partido y lo falló. Ha fallado una y otra vez en su vida. Y por eso ha tenido éxito. No existe el fracaso. Sólo el aprendizaje.
Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal. Todas las cosas importantes provienen de comienzos modestos. La semilla de cada hábito es una pequeña decisión. El problema de la vida no es tomar decisiones correctas. El problema de la vida es tomar una decisión verdadera. Por la verdad uno puede apostarlo todo, incluso cuando nada cuadra y algo más extraño y más fresco sobresalta nuestro corazón. No lo digo yo, lo he leído aquí.
Y si ya no puedes más, pídele a chat GPT que te ayude, aquí van unos consejos para que esta herramienta nos ayude a pensar más y mejor. Como dice Jaime Nubiola en este artículo de su blog “Filosofía para el sigo XXI”:
“estas herramientas pueden ayudarnos a ser “más inteligentes”, a cometer menos errores y a salir de nuestro piloto automático y competir en nuestros puntos fuertes vs. la IA: empatía, creatividad, etc”. Vivamos más creativamente.
No me puedo despedir sin compartirte algunas ideas que escuché a D. Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, los días que estuve en Valencia y Murcia el mes pasado, a modo de highlights, por si te inspiran o quieres pensarlos. Como son ideas, no es literal, ¿vale?:
No pasa nada por sentirnos a veces una minoría. Nunca te sientas en inferioridad, ni superioridad de soberbia, pero sí superioridad de Dios con nosotros.
Estés donde estés y trabajes donde trabajes, siempre estás sirviendo a alguien o para algo. El servicio es una consecuencia de la naturaleza humana, somos sociales por naturaleza. Hacer familia es uno de los servicios más directo a los demás. Por ser más directo es más digno. Porque la dignidad del trabajo la da el servicio.
Que te importe no lo que los demás piensen de ti, sino lo que Dios piensa de ti. Y Dios hace mucho más que pensarte, el pensamiento de Dios te mantiene en la existencia. Y es un pensamiento de amor sin límite.
El que tiene miedo no sabe querer. El miedo es falta de fe. Por tanto, cuanto más quieras, menos miedo tendrás.
Bueno, y ahora sí que sí me despido hasta el 10 de agosto: acabamos de llegar a los 300 suscriptores/as… y he estado dándole vueltas a empezar a llamarte “hellower”, por aquello de “had me at hello” + “follower”; sí, no me he roto mucho la cabeza, la verdad. Pero la otra opción era llamarte “Juliower” y creo que me vas a agradecer de por vida esta elección de última hora.
Como estás a punto de irte a la playa, la montaña, las antípodas o a tu pueblo (pero eso sí, siempre con conexión) te dejo unas recomendaciones personales para tu verano azul:
Un concierto: SANZ EN VIVO. No me dio tiempo a sacarte las entradas, pero no está nada mal ver desde la primera fila del sofá de tu casa al mismísimo Alejandro Sanz feat con sus amigos.
Una peli: TETRIS. Toda la vida jugando a este juego en la GAME BOY y tarareando el “tin-tiririn-tirirín-tiririn-tirirín-tirín-tin-tintin” y sin saber que estábamos colaborando con la caída del telón de acero. La BSO es brutal y la referencia a aquellos maravillosos videojuegos me dieron ganas de volver a descargarme el juego en mi móvil. Y, de milagro, no fui a Wallapop a investigar quién está vendiendo su GAME BOY para desenterrar el tesoro de mi infancia. Películas como esta son un flashback en vena: recordar que soñabas con esa melodía rusa y figuritas cayendo cada vez más rápido… y que mi madre cada vez que jugaba al Tetris se inclinaba a derecha e izquierda según donde quería que encajara la pieza. Como si ella misma fuese un joystick.
Un juego escondido: a modo del mítico juego de la serpiente o snake de los Nokia en los ‘90, Spotify te deja comerte tus playlists. Para gamificar tus esperas con tu música favorita. Desde tu móvil, entra en cualquiera de tus playlist que hayas creado y pulsando el botón de los tres puntos aparecerá una lista con diferentes opciones y si te desplazas al final encontrarás “cómete esta lista”. El juego consiste en ir capturando las carátulas de las canciones de nuestra playlist mientras suena. Genial.
Un festival… distinto: EL PRIMAVERA SLIDE. La importancia de una buena presentación en la era del diapositivismo, la vida es un ppt y no lo sabíamos.
Un documental: 100 DÍAS CON LA TATA. La pérdida, la enfermedad, el ritmo vital, el valor de las cosas simples y el respeto al otro y a uno mismo. Llevo queriendo recomendártelo (otra vez estos 3 malditos verbos seguidos) desde el segundo NL en febrero… pero lo puedo encajar mejor en este mes porque te he hablado de la lela, y creo que la Tata de Miguel Ángel Silvestre puede convencerte del todo si yo no lo he conseguido: un relato emocionante que nos pide ir a abrazar a nuestros abuelos y a los de los demás.