God’s numbers.
A Dios se le va la olla con los números. A mí con escritores coetáneos y cantautoras. Esta newsletter se lleva la palma de recomendaciones. Espero que me perdones… o que hagas caso a mis sugerencias😏.
Mátame. Vuelve a ser 10 con la velocidad de un rayo.
Pero hice mis deberes de recopilar historias, anécdotas, libros, películas, planes, playlists… que me inspiraron confianza de una u otra manera durante febrero.
Y no sé si estoy creando “el movimiento de la confianza” pero alguna gente cercana me empieza a mandar fotos de la Coca-Cola que le traen cuando salen por ahí, en plan: “certificado, este sitio tiene botella de 35 cl.; todo en orden”.
Ya me imagino una pegatina en las puertas de los restaurantes donde, como si de una estrella michelín se tratara, te garantizan que te tratarán bien en base al tamaño de Coca-Cola que te sirvan.
Este mes he recordado que hay una prueba previa a la de la botella cuando me siento en un local: la música. O sea no, la música no. Más bien es entrar y escuchar 3 canciones seguidas que me hagan un #TBT o “regreso al pasado” allí mismo. Sólo necesito 3 canciones, pero seguidas.
Entonces pasan dos cosas:
Que mi/s acompañante/s “me ha/n perdido” por unos minutos porque estoy viajando en mi máquina del tiempo: Spotify.
Que no quiero que me traigan la carta si antes no me revelan de qué playlist se trata. Es cuestión de vida o muerte. Hasta puedo entregarle al camarero mi iPhone para que busque en Spotify la maldita lista, como el poli que se desarma entregando su pistola.
Pues esto me pasó a principios de mes, en un nuevo italiano que han puesto al lado de donde trabajo. Te lo cuento aquí porque quiero recomendar tanto su música como sus pizzas. Apunta: “Filippo”. Creo que hay 2 en Madrid. En 2 semanas fui 2 veces. Me gustó que es un local pequeñín, y por eso lo hace íntimo. Porque tienen pizzas caseras al más puro estilo romano: masa fina, borde grueso. La Coca-Cola de 35 cl y algunos detalles más de los que no te hago spoiler para que vayas a comprobarlos: entre ellos su playlist “chill-pop”.
Y te lo dice una que en cuanto a pizzas no hay quien le baje del podium a su Telepizza de toda la vida. Ya, ya, es un poco herejía decir esto. Y es que más que Telepizza, lo que es difícil de desbancar es la pizza barbacoa de Telepizza. He conocido muchas barbacoas, pero ninguna como la de Telepizza: esa salsa debe ser el zumo de langosta de mi adolescencia. Love it forever… and ever.
Y ya que he mencionado mi descubrimiento musical del mes, te diré que hace una semana la vida me sorprendió con un plan. Un planazo improvisado. Y dice el Papa Francisco en su reciente catequesis sobre el discernimiento que hay que estar atentos a las cosas inesperadas, porque Dios trabaja a través de los eventos no programados. Sí, eso dice Francisco: que un contratiempo encierra un posible punto de inflexión.
La inflexión de mi semana: un coche, una copiloto argentina y rumbo a una entrevista improvisada por instagram a una cantautora que nos abre las puertas de su casa y de su vida. Y si sigo tirando del hilo la historia continúa.
Te la presento con una de sus canciones: “Acuérdate”.
Éste clara-mente fue un hah* de los buenos, y por partida doble: las dos se llamaban Clara… la argentina y la cantautora.
La verdad es que durante la semana pasada hubo varios hah* (“had me at hello”, por si tengo que recordarte el código morse de esta newsletter).
Estuve en un encuentro bastante inspiracional el lunes por la noche entre cervezas, donde escuché una pregunta a la que aún sigo dándole vueltas: “¿dónde quieres estar dentro de 100 libros?”
Te explico: un reto es el de leer 20 libros al año. Sí… 20. Yo hasta hace unos años no había leído 20 libros en todo lo que llevaba de vida, ni sumando los que tocaban leer en el colegio. Pero bueno, si superas esa pereza literaria, que es más bien ignorancia + pereza mental, y lees 20 libros al año, en 5 años te has leído 100 libros. Entonces puedes preguntarte: ¿dónde quieres estar en 5 años? o ¿dónde quieres estar dentro de 100 libros? Lo que significa hacer una selección de lo que quiero leer con una intención y una dirección. Hacerse un plan, una dieta intelectual:
libros que te hagan repensar/reflexionar tus valores
libros técnicos sobre eso a lo que te dedicas profesionalmente
buena literatura o algún clásico
Y bueno, ya que saco el tema de los libros, por recomendarte algo, te recomiendo un escritor contemporáneo y coetáneo (me flipa esta palabra😏) que me inspira mucha confianza: Javier Aznar.
Y aquí es cuando te hablo de mis dos “guardianes entre el centeno”. Resulta que de los pocos escritores que sigo como si fuera un paparazzi, dos de ellos comparten “apodo”: @guardiancenteno y @holdencenteno. Al primero, Javier Aznar, le sigo desde que escribía el blog de la revista Elle, “Manual de un buen vividor”. Nunca antes me había pasado descubrir que alguien escribe como si lo hiciese para mí, que al leerle, estoy convencida de que el escritor conoce mi vida y se ha encargado de escribirla para que la conozca el mundo entero. Supongo que porque es muy de mi generación.
Ahora Javier escribe en Vanity Fair de vez en cuando y tiene el podcast de “Hotel Jorge Juan”. Pero sobre todo tiene un libro donde recoge esos primeros post del blog con tanto humor, sentido común, nostalgia y reflexión, que es el mejor regalo (material) que puedo hacerle a alguien. Si me estás leyendo y tienes o tuviste ese libro en tu mesilla de noche… eres de mi team😏.
Perdón, el libro: “¿Dónde vamos a bailar esta noche?”
Ah! También escribe en el periódico AS, de fútbol sí, pero con su estilo, o sea que me leo artículos de un deporte que no me importa mucho, pero que su manera de contarlo me describe situaciones de mi vida… again (“Le llaman Gavi”… y yo no sé quién es Gavi, ni me importa, pero me gusta leer cómo describe a un intenso).
@holdencenteno, mi otro “guardián”, ha escrito algún libro más. A mí me fascinó en 2018 con su historia de amor interminable en “La chica de los Planetas”. Me gusta leer a alguien que escribe así sobre el cuidado del amor:
LA PARÁBOLA DEL AGRICULTOR* (“tuneada” para que sea apta para todos los públicos🤣)
“-¿Sabes cómo hay que amar?
Hay que hacerlo como lo hacen los agricultores a sus huertos. Hay que despertarse cada día pronto y que tu primer pensamiento sea para él.
El agricultor al despertarse piensa en su huerto, en cómo habrá amanecido.
Tú haz lo mismo, levántate con ganas de ir a mimar ese humilde huerto que estás cultivando día a día con la persona que quieres. Él se presenta en el campo desde primera hora de la mañana y supervisa cada trocito de tierra para ver qué crece, qué no crece, qué se ha secado, qué se está pudriendo y a cada cosa de esas le busca una solución.
En el amor pasa lo mismo, debes seguir regando lo que crece, pero sin pasarte, no querrás encharcar todo y perderlo, ¿verdad?
Si hay algo que no crece entre vosotros, presta más atención, más ternura y más detalle para que no se eche a perder. Si algo se ha secado entre los dos, arranca de raíz todo aquello que ya no puede dar fruto, porque si se extiende dañará al resto.
Y vuelve a sembrar. Destruye y quema las malas cosechas antes de que se propague una plaga entre vosotros. Y, si algo se está pudriendo, sé rápido y corta solo la parte putrefacta y realimenta lo bueno que queda, porque siempre quedan restos sanos y jamás deben ser despreciados. Habrá días en los que llueva y habrá que tener paciencia hasta que escampe, pero el agricultor no espera a que pare, sino que tiene el corazón y la mente puestos en su huerto. Haz tú lo mismo. Si la lluvia se ha cebado y hay inundaciones, soluciónalo cuanto antes.
Tendrás días secos, de sol espléndido, de tormentas, rayos y truenos. Pero no tengas miedo. Resiste. Ama y suda por ello, como hace el agricultor, y no habrá nadie más feliz que vosotros en todo este mundo”.
Brutal. Pues vale, hace menos de una semana, me pasé por su instagram y vi que estaba escribiendo algo a lo que él ha llamado “Apuntes”. Leí el nº21 (en ese momento era el último) que se llama: “Tu único ídolo es Dios”. Y me recordó tanto a una anécdota similar que me pasó en 2º de la ESO con mi padre que tuve que escribirle por MD para contárselo. Y me contestó. Qué majo. Le dije que hablaría de él en mi próximo NL, me creí Sabina, cuando dice “yo que siempre cumplo un pacto, cuando es entre caballeros, le tenía que escribir esta canción”.
También le pregunté por el método como escribe sus “Apuntes” en un documento de Google Drive al que cualquiera tiene acceso, a propósito. Me contó que la idea es escribir sin pensar mucho en un documento en el que escribiría un libro, rompiendo la barrera entre lector y escritor. La gente puede verle escribiendo en directo. Es una forma de quitarle importancia al oficio de escribir. No deja que lo edites pero sí que puedes dejarle sugerencias o comentarios.
Absolutamente de “had me at hello” este modo de escribir, a parte de innovador, al menos eso me pareció a mí.
Y si te has quedado con la intriga del episodio con mi padre en 2ºESO (es que me acuerdo perfecto), aquí va resumido:
Estaba una tarde cualquiera en mi habitación haciendo los deberes de ese día a la vez que escuchaba la canción de Rosana “Si tú no estás”. Vamos, un momento de lo más normal del mundo. Y tan normal como que mi padre cuando llegaba a casa entraba en mi habitación para saludarme discretamente y ver qué estaba haciendo. Y justo estaba sonando la frase de “… que Dios no va a entender por qué te vas”. Sin más. Como sin más va y me suelta mi padre sin que nadie le preguntara: “Pilu, eso es justo lo más importante: Dios”. Y se marcha. En un primer momento pensé: WTF. Y creí que no le había dado más importancia. Pero a día de hoy me acuerdo, todavía me acuerdo como si fuese ayer, y lo he pensado más de mil veces, en momentos “whatever” (obviamente también cada vez que desde entonces suena esa canción), que se me quedó tatuada aquella frase de mi padre que parecía gratuita y que si algún día se lo recuerdo probablemente él ni se acuerde.
Bueno, pues hilando una idea con otra, hemos llegado al único punto del que me habéis pedido que hable en instagram: los números de Dios o cuando quise llevarle las cuentas a Dios.
¿Nunca has pensado en eso? Dios tiene un lío muy grande con los números. Se le va la olla. Y es imposible seguirle el ritmo. El ritmo de la magnanimidad. Yo creo que los apóstoles se volverían locos con sus cuentas, y el pobre Judas, pues claro, hizo lo que pudo llevando la bolsa.
El proceso creativo de ese diseño que hice en @saintips (si es que se puede llamar “proceso”), empieza cuando me doy cuenta de que me fijo mucho en los números que maneja Dios, sobre todo en el Evangelio. Y pienso, en serio, que no tiene medida. Que necesita que alguien le lleve la contabilidad (eso sí, luego todos los cabellos de nuestra cabeza están contados). Y se me ocurre lo mucho que uso yo la app de la calculadora del iPhone. Esa calculadora mítica, con esos botones naranjas. Y acto seguido digo: vamos a calcular todo lo que suma Dios. Y vamos a buscarle un significado a toda esa suma: el número de la magnanimidad.
Te calculo, con una app que utilizamos todos casi a diario, cómo Dios no se deja ganar en generosidad. Es una forma de aterrizar o concretar esas frases míticas que escuchamos tanto.
Y empezamos:
1. 🍷 6 tinajas, cada una de 100 litros = 600 litros de vino para unos novios en Caná (… y ni si quiera había llegado su hora).
2. 😅 Hasta 70 veces 7 (= 490 veces = siempre) perdonados.
3. 🐟153 peces grandes por echar la red a la derecha.
4. 🧺 12 cestas de sobras 💥 recogieron los apóstoles después de dar de comer a 5mil hombres (sin contar mujeres y niños). Multiplicando tan sólo 5 panes y 2 pescaditos.
5. 🪙 1 estáter (= 2 didracmas) para pagar el impuesto suyo y de su amigo Pedro (#invitalacasa).
Vale, y añadimos lo que no se puede calcular:
💥Dimas, el buen ladrón, le pide sólo que se acuerde de él… y Jesús se lo lleva con Él ese mismo día.
💥Magnanimidad grado máximo:
✝️ LA CRUZ: salió agua de su costado porque ya no le quedaba más sangre que derramar por ti y por mí.
Supongo que por todo esto dicen que Dios sólo sabe contar hasta uno.
Y ya sólo me queda decir, que en este mes de febrero, tuve un reencuentro con una red social… me hizo tanta ilusión como esos reencuentros veraniegos, con alguien que no ves desde hace muuucho tiempo, pero cuando coincidisteis había tanto match, que al volver a “redescubrirlo” vuelves a ese preciso momento donde comenzó todo. Esa red social es Pinterest.
No me preguntes cómo ni cuándo. Sólo sé que no nos veíamos desde 2015. Supongo que estaba de moda, que yo la necesitaba en ese momento, y luego llegaron otras que la desplazaron. Y de pronto, 2023: reencuentro💥.
Aún estoy desempolvando mi perfil. Pero qué locura de experiencia estética, de buscador de ideas geniales… en fin, cuando todo esté a punto te lo comparto, aunque no te interese ni lo más mínimo… aún.
He escrito esta NL de febrero escuchando de fondo a Clara H. en bucle. Y he cambiado ya 3 veces la canción con la que la presentaba al principio de este post. Te cuento el duelo que he pasado: mi primera opción fue “Tan optimista” (me recuerda a mí; sí, sí, yo pensando en mí, qué típico). Luego lo borré y escribí “Dicen”, haciendo mención, tristemente, a que se acaba de cumplir un año del conflicto en Ucrania. Decía que no todos los “cumpleaños” se celebran😔. Y ahora mismo el corrector del iPad ha escrito “cumpledaños” en vez de “cumpleaños”… y me parece que da en el clavo con la idea que precisamente quería expresar. Bueno, y finalmente escuché “Acuérdate”, que es la que he dejado escrita porque fue la primera canción que escuché de ella, la que me puso Clara (argentina) y con la que fue el hah*. No hay segundas oportunidades para una primera impresión. Pienso que si a mí me enganchó, lo hará también contigo.
Y he querido escribir todo este párrafo de explicación porque es mi manera de decirte que pongas al menos estos tres temas para no parar de escucharla. Así estoy yo a estas horas.
Si me pasé de los 10 min de lectura… es culpa de Clara. De cualquiera de las dos😏. Me dice que han sido 20 min 32 sec de lectura… pero luego siempre es menos (en serio). No me pidas marzo en febrero, como diría Marlon.
*En este mes de marzo de 2023 sois 100 exactos los que me leéis desde vuestro mail, algunos otros lo hacen desde otros lados. Cada vez que llegue a otra centena lo apuntaré en el posdata del NL de ese mes, como estoy haciendo ahora. Es sólo por llevar la cuenta… y para que no te sientas sola ni raro.