¡Feliz año y feliz PRIMER año de esta NL! Como diría DePol “mira ahora dónde hemos llegado, doce meses y no nos odiamos… quién diría”. Pues sí, aquí seguimos. Hace justamente un año te empezaba a escribir, en este mismo espacio en blanco, sin saber muy bien hacia dónde iríamos. Ahora sigo sin saberlo, pero tengo 12 entregas que me avalan. Quizá los primeros posts tenían el brillo de la novedad y la locura de las suscripciones. Pero ojalá que ahora hayas abierto este NL por el resplandor en tu bandeja de entrada o en las stories de instagram. He aprendido este mes, de Alejandro Llano, el contraste entre el brillo y el resplandor:
“El brillo es casi siempre frío, distante y fugaz como el de la luna; por el contrario, el resplandor es cálido, permanente y acogedor como el de una hoguera. Quienes buscan el éxito aspiran quizás a brillar, a ser brillantes, pero es mucho mejor intentar ser una luz cálida y acogedora para quienes tenemos a nuestro lado. Para eso hemos de cuidar la luz de nuestro corazón”.
Y te podría casi confirmar que un chef resplandece más que brilla. No soy muy friki del mundo gastronómico, aunque me encanta comer y probar cosas nuevas. Pero hace no mucho leí las cualidades que tiene un chef y me pareció interesante llevarlo al terreno de la vida misma. Te lo comparto por si tienes en mente hacer de tu vida una estrella Michelín:
No se resigna a copiar: quiere crear.
Experimenta y confía en sí mismo.
Juega y aprende y así, se transforma en un experto.
No se distrae con demasiados proyectos a la vez, sino con aquellos que le ofrecen oportunidades.
Prueba, fracasa y continúa: sabe que el que busca, encuentra.
No le importa sentirse diferente: no es un seguidor, es un creador.
Lidera su equipo y lo entusiasma con la innovación.
Tiene una visión estratégica y ensaya todas las tácticas.
Se fortalece en su nicho y tiene iniciativa para acceder a otros.
No desprecia a los cocineros: se apoya en su experiencia para apuntalar su innovación. Como líder de equipos, busca el equilibrio entre chefs y cocineros.
Como decía Sócrates:
"El secreto del cambio no está en enfocar toda la energía en combatir lo obsoleto, sino en construir lo nuevo”.
Te decía que no soy muy de alta cocina de paladar, supongo que se debe a que el 99% de mi adolescencia me lo pasé entre un Burger King y los bancos de Madrid donde devoraba pipas o cualquier otro producto mítico de Grefusa. Y justo hace cosa de un mes, una amiga me pasó este video que ha hecho la marca sobre “el sabor del odio”:
Me quedo con esto de que la empatía es el único sabor que necesitamos. Esa empatía muchas veces viene de un poquito de inteligencia contextual: si no escuchas con el corazón, no diriges con la cabeza.
¿Y cuándo no escuchas con el corazón?
Cuando enfatizas un resultado e ignoras otros.
Cuando solo juzgas según tu experiencia previa y de forma categórica.
Cuando sobreestimas lo que ya conoces e ignoras lo que no te viene rápidamente a la memoria.
O cuando asocias con lo habitual o evidente y crees que lo que no ves no existe o sucede con poca frecuencia.
Y ya que estamos de inicio de año, te paso una matriz para optimizar tu 2024 y que puedes aplicar en lo que quieras (cosas, actividades, relaciones…):
Si lo necesitas, pero no te hace feliz: acéptalo.
Si lo necesitas y te hace feliz: agradécelo.
Si no te hace feliz y no lo necesitas: déjalo ir.
Si te hace feliz y no lo necesitas: disfrútalo.
No soy cuadriculada, pero de vez en cuando me gusta meter mis asuntos en una matriz para entenderme y orientarme un poco. Pero, ¿qué puedes esperar de alguien como yo que con 13 años pidió de regalo de cumpleaños la “Guía para la vida” de Bart Simpson?… sí, sí, el de Los Simpson. Ya apuntaba maneras. Me la estudié a muerte los últimos días del verano del 97, para poder enfrentarme a 1ºESO con gallardía.
Y hablando de cumpleaños, como es el de esta NL y acabamos de llegar de Navidades, te voy a dejar tres bonus tracks para tu cuesta de enero, apunta:
La sociedad de la nieve. Si quieres conocer cómo es el ser humano en lo más profundo de su esencia, tienes que verla. Con 13 años Bart Simpson era mi héroe; con 15 Nando Parrado y su equipo me golpeó con esta historia. Desde entonces he podido asistir a alguna conferencia suya y leer varios de los libros que cuentan los mismos hechos desde distintos puntos de vista. Menos conocido, pero brutal, es el libro que escribió Roberto Canessa “Tenía que sobrevivir”. Bravo, J.A. Bayona por saber contar tragedias de manera sublime y sacudirme con esta película. Te comparto esta entrevista de 12 minutos, al director y al escritor del libro, que he visto esta misma mañana.
Miguel Bosé Session. En el último mes he tenido un proyectazo en el trabajo que sale a la luz en unos días. He tenido que diseñar muchas horas. Muchas. Cuando necesito concentrarme para diseñar, no sé tú, pero me ayuda entrar en bucle musical: escuchar toda la discografía de algún cantante durante horas o días. Le ha llegado el turno a Miguel Bosé. Sin duda, mi voz favorita española. Seguramente tuvo que ver una conversación con una buena amiga que me recomendó su nuevo documental. Y acuérdate que cuando yo entro a profundizar en la vida de un famoso, no hay quien me pare. Así que me hice una playlist con mis canciones favoritas a modo de "session”. Te la comparto por si tienes que aislarte del mundo. Miguel no defrauda.
Colección de libros “Aprendiendo de los mejores”. No es el último grito, pero me llamó la atención que hace unos años me compré este libro y ahora veo que ya es una colección: más de mil reflexiones y consejos cuidadosamente seleccionados de centenares de reconocidas personalidades.
Para terminar te dejo algunos de los consejos que nos dio Jesús Terrés en su consultorio de Nada Importa (no es la primera vez que te hablo de él, lo sabes, ¿no?):
¿Cómo olvidar? Es que no tienes que olvidar, tienes que entender.
Salió todo mal ¿y ahora qué? Ahora solo queda volver a levantarse; las veces que hagan falta.
¿Cómo sería un día redondo en Madrid? En Madrid los días deben torcerse (un poquito) que si no no sería Madrid. (Sólo los de Madriz lo entenderemos :)).
¿Qué regalar a alguien que lo tiene todo? Tiempo.
Cuando aparece el dilema cerebro o corazón, qué hacer. “Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón”.
Hoy cumplo 31 y la vida no es como imaginaba. La de nadie, pero hay que seguir surfeando, ¿no?
¿La belleza salvara al mundo? No, pero lo hace soportable.
¿En qué consiste, para ti, la ligereza? No culpar al mundo de tus mierdas y ser consciente de que estás aquí un ratito; que no eres tan importante.
¿Nos dices alguno de los mejores consejos que te han dado? “Te diré una cosa: no vuelvas a dar a nadie tu mejor consejo, porque no lo van a seguir”, Jack Nicholson.
¿El amor es circunstancial? No, el amor es sustancial.
¿Y si al final me arrepiento? ¿Y si no?
¿Nunca es tarde? Casi siempre llegamos tarde, (precisamente) por eso no hay que pensárselo tanto.
¿Un consejo para los días malos? Aceptar que, sin ellos, no pueden existir los buenos. That's the deal.
¿Qué hacer cuando la vida se estanca? Nadar en el estanque.
Qué es el mar para ti. Lo contrario a la enfermedad no es la salud, es el mar.
¿A qué huele el amor? A certeza.
¿Cómo superarlo? No se supera, se aprende.
¿Cuál es tu mayor miedo? Pasar por la vida de puntillas.
No llego a todo. Y no se acaba el mundo, ¿a que no?
Cómo curar un corazón roto. No se puede curar, pero se puede cuidar.
¿Qué es la elegancia? La elegancia no es estética, más bien es una forma de estar, de ser, de mirar, de comportarse, de sonreír, de hablar, de sentarse, de pagar, de querer, de andar y de perdonar. De vivir, en suma.
¿Qué es la complicidad? Cuando los silencios son cómodos.
¿Qué es cuidarte? Escucharte.
Claves para ser feliz. Me dijo una vez Ricard Camarena que para él la felicidad era el talento para gestionar la distancia entre lo que se desea y lo que se tiene.
¿El amor siempre va unido a la admiración? Siempre.
Un mantra que te repitas últimamente. “En el fondo, el mar no se toma en serio sus tormentas”, es de García Maiquez.
¿Por qué nos da miedo pedir ayuda? Nos da bastante más miedo aceptar que la necesitamos, creo yo.
¿Qué hacer si no te da el tiempo para todo lo que quieres hacer? Cosita a cosita.
¿Cómo saber si estás en el camino? Cuando tienes la certeza de no querer estar en otro sitio.
¿Qué hacer para aprender a tolerar el aburrimiento? No lo soporto. Con cariño: si no soportas el aburrimiento a lo mejor es un poco a ti misma a quien no terminas de soportar.
¿Qué le pides actualmente a la vida? Calma.
Saber lo que no quieres es importante, ¿no? Te diría que casi más que lo otro.
¿Se pueden encontrar las respuestas a la vida en un libro? Mejor que eso: se pueden encontrar las preguntas.
¿Debería darle una oportunidad? La vida es equivocarse, caerse, entender qué ha pasado y seguir andando: claro que sí.
¿Por qué vamos con tanta prisa? A veces, me temo, porque tenemos miedo a pararnos y mirar.
Tienes depresión, ¿qué papel juegan los demás? Paciencia. No juzgar. No tener prisa (la depresión y la prisa se llevan fatal). Escuchar. Entender. No proyectar expectativas. Querer muchísimo.
¿Cómo decirle “te quiero”? Con verdad, con ternura, cuanto antes.
Palabras clave para una relación sana. Respeto, empatía, admiración; escuchar con el corazón, dar tiempo, dar espacio, aceptar que las cosas no siempre son como uno espera, querer pese a todo. También es aplicable a uno mismo.
Un aprendizaje. Ni entonces ni mañana: ahora.
¿Se puede convertir en hábito la ternura? Quiero pensar que sí. Que se entrena. Quiero pensar que la ternura lleva a la ternura, de igual manera que el rencor lleva al rencor.
Algún consejo antes del adiós. “La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, salga como salga”, Václav Havel. Grábate esto a fuego: tus deseos (tus anhelos) casi siempre son una trampa que te pones. Aceptar las cosas como vengan. Ahí se cobija la alegría.